domingo, 5 de diciembre de 2010

Pausa para coger leña



Las nieves. Siempre son las nieves.

Sobrevivir a las nieves no es la traducción correcta, sino sobrevivir hasta las nieves, y celebrar un cumpleaños más, con un jardín detenido donde sólo importan las huellas de lo escondido.
Épocas de ponerse serio y parecer cursi porque los demonios se hacen visibles y otro año más sin fecundar el anticristo.
Los otros buscadores del falso grial pueblan las mismas sendas caducas, con ánimo y una fuerza que, a estas alturas, sería tonto envidiar; bastante hago portando el canasto de la fruta pocha.
Cuando el hambre apriete...

Muchos descubren que son los criados de sus espíritus jóvenes. De sus agallas. No hay duda de que beber del grial será la forma de emponzoñar su poder. ¡Ahí vamos!

En mis pesadillas los viejos son los genocidas.
En mis sueños suena Layla en estereo, y así es fácil encararse con la muchedumbre senil y un acantilado en los talones.
En mis despertares constato la transformación pausada en enemigo.

Las putas nieves.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Tiempo de actitudes ancestrales




No hay amigos, hay causas compartidas. Y tengo unas causas muy bien compartidas y poco relacionadas entre sí.
Soy más un promotor de pequeñas logias que el fundador de Waco.

Los que nos hemos propuesto destruirnos nos encerramos en la cripta del Unabomber. Allí desciframos nuestro adn maldito para luego tomar el metro y acudir a la reunión de brindadores cósmicos, los que se toman con ligereza la tarea de encontrar asidero.

Nadie habla de sus otras causas; es de mala educación mostrar complejidad, eso lo sabe hasta el más tonto; hasta yo sé eso.
Mis causas compartidas son mi vida. Lo estoy dando todo por ellas si os dais la vuelta un momento.

Y en mi arcón secreto se acumulan viejas fotos de reuniones masónicas armadas, sin orden ni concierto; sin saber si aún se reunen o si las estoy persiguiendo por las catacumbas de la ciudad para arrestar a todo el mundo.

También hay en ese arca souvenirs de orgías pasadas. Pedazos de ternura que guardo por si un día se acercan, ya ancianas, sus dueñas a recuperar. Eso si no los he vendido en el mercado negro, haciéndolos pasar por historias reales. 

Una vez volqué el tesoro sobre la alfombra y cayó, como último fosil de quien fui, una célula solitaria autosuficiente. Seguía alimentándose por su membrana. Seguía existiendo por si misma. Me aterroricé y volví a guardarlo todo en el mismo orden caótico en el que estaba todo.

No hay misterios, hay invitaciones a entrar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡Grítenle a la muerte!



Afuera todo son putadas maravillosas y gente desnuda circunvalando la bombilla.
Dentro todo es engordar y logística.  

De lo que te quiero hablar es del vacío entre las cosas. De la intercapa.
Donde se sedimentan las esporas de la enfermedad del ansia;
como un virus vitalista que se abre paso,
hasta condicionar a la manada que cada uno somos.

Ese lugar es un dios que puede morir, y que de hecho muere.

Acepta el odio como ofrenda, consume el amor como enseñanza, prolonga la vida como regalo.
Su volcánica extensión nos brinda menosprecio,
y en su locura por tocarnos nos accede.
Nos pertenecemos en su cruce, pero una vez inmersos somos sus rehenes;
sólo queda ser despedidos a la nada con su brillo
y con su marca.

Sólo soy un yonki de mi dios.

lunes, 18 de octubre de 2010

No es más que eterna vigilia



Robert Neville enterró a su mujer y ésta volvió a casa sedienta de sangre. Enterró a su hija en la fosa común que recomendó el gobierno como método de contención de una enfermedad que resucitaba a los muertos en forma de sedientas bestias sin habla.

Neville se hizo fuerte en su casa. Dentro sonaba Mozart y whisky a destajo. Fuera, alaridos; bramidos.

Pero lo peor, constató Neville, era observar por la mirilla.
Porque las bestias, aún con atributos de mujer -si bien ajadas y desesperadas-, se le ofrecían como perras, yeguas, hienas; como carne, fruta, pellejo. Todo eran cavidades, músculos y uñas. Sabedoras de que él, Neville, era el último alimento. 

Y Robert Neville no cede. Las mata, hace pruebas científicas con las que captura vivas; las observa.
Sé maldice una y otra vez por verse a si mismo presenciando un ritual de caza que se convertirá en inmolación en el mismo momento en que la puerta se abra. Pero Neville mira.
Todos miramos. Todos estamos alerta.
Somos duda, adjudicándonos un resarcimiento por la pila de cadáveres que ya se vanagloria.

martes, 5 de octubre de 2010

No puedes querer a tanta gente



Siempre da la sensación de que "se acaba de empezar a vivir". Y dejas de atender a quién está hablando, y olvidas los planes que ya habías hecho. Y te ves gordo o calvo o feo. Cómo si estar delgado y tener una polla de 30 centímetros fuese a cambiar algo.

Y entonces recuerdas que quieres hacer ese trío con ellas. Por la necesidad de trascender a través de tu obra.
Para que dos se miren y sepan que estuvo bien o mal -¡qué curiosidad!- pero, sobre todo, para saber que dos me han compartido.

Lo de que luego empiecen una relación lesbiana de varios años ya sería para nota, pero me conformo con el momento de despertar, a media noche, con la pierna de una trepándome la cadera y el culo de la otra encajonado en mi estómago, apartar los trozos sin cuidado alguno y marcharme de allí; sólo después de haber dejado dos vasos de agua y dos servilletas sobre la mesilla.

Así que claro, una idea lleva a otra; me despisto en una trama continúa de mi propia disolución, que responde únicamente a un instinto masculino de preñado masivo, y deseo que trasplanten todas mis partes, al menos, a diez donantes diferentes. Sin maldiciones ni nada de eso. Sólo la idea de salpicar con lo mío.

A uno la cornea, un riñón por aquí, otro para alguien mucho mayor que yo; la parte de la polla que sea trasplantable pues también, no sé, quizás la próstata, por lo menos. Pero el corazón que no se lo den a nadie....
No por romanticismo mal entnedido, simplemente es que lo mío es molestar, no infectar. El corazón que lo quemen en la papelera del quirófano, algo rapidito, algo merecido.

Y por último, el apoteosis final. Ser enterrado sin caja ni ostias. A pelo y desnudo completamente.
Y a ser posible bocabajo. Uno: porque bocabajo es una palabra mágica.
Dos: Porque si resulta que es una catalepsia y a pesar de estar mutilado por dentro y por fuera y sin corazón con el que vivir, no estoy muerto de verdad; así excavaré con las uñas en la dirección equivocada. Vivir dos veces me parece demasiado. Y aunque me atrae la idea de viajar por el globo reclamando mis órganos sustraidos, no soportaría que esa sensación de que "acabo de empezar a vivir" se convirtiese en una hipérbole.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Europe is living a celebration



Resulta que me había quedado dormido con la tele puesta, pero lo aviso de primeras para los listillos de "seguro que al final todo es un sueño". Bueno pues sí, menos yo, todo el mundo se habría hecho spoiler, sin duda.

Estaba anocheciendo en las carpas y sobre los barracones, donde un par de miles de personas ya se habían dejado el dinero para cenar en platos de plástico; y sin recoger su mierda. La lluvia había encharcado el recinto y yo comenzaba mi historia con toda la ropa calada, dando traspiés pero eso sí, en un sitio tristemente ajardinado en el pasado y sin demasiadas calvas de hierba hasta donde alcanzaba la vista.
No había demasiados borrachos entre el guirigai de nacionalidades, pero cada país iba a su bola, en su idioma y con su moda. Y yo no era la excepción, me iban a insultar en muchos idiomas. Pisando belgas, molestando a alguno de Baviera o babeando delante de una serbia iba poco a poco haciéndome al lugar con la multiusos suiza que me habían regalado con la entrada. Era eso o un queso de mierda.

Iba con un compañero de periodismo, al que nunca traté en la realidad, pero yo sólo podía pensar en comer y en robarle un metro de manta a alguien,.
Las barras acondicionadas para el evento ofrecían restos de platos multiculturales servidos de manera cutre. Elegí un pilaf a medio masticar, costroso y crujiente, que parecía una torta de aceite, y me lo comí. Bien frío.
Mierda de Cumbre Europea.

Sí, adiós a los festivales musicales y a las raves de cinco días; ahora resulta que para vernos las caras todos tenemos que ir a las cumbres internacionales.

Mientras tragaba aquella mierda que haría llorar a Saladino de pena, el mamón de mi compañero de universidad saltaba cada minuto en voz alta con mierdas del estilo "el presidente francés, Nicolás Sarkozy, bromeó en repetidas ocasiones durante su intervención sobre la 'hipócrita actitud de los países miembros que comparaban la expulsión de elementos antisociales con las deportaciones de judíos'" o "conectamos en directo con la rueda de prensa de Viviane Reding, comisaria de Justicia, tras su acorralamiento al gobierno galo con lo que otros jefes de estado calificaron de 'desproporcionado e injusto ataque a la soberanía del pueblo francés y de intromisión populista'"...Claro, todas estas chorradas las escupía un especial sobre la cumbre en La Noche en 24 Horas de TVE, y mi cerebro en pleno estadio R.E.M las ponía en boca del capuyo cara de becario. Me iba cargando de mala ostia y de vomitivo pilaf hecho, seguro, por manos caucásicas.

Bueno, "voy a hacer un poco de trabajo sin cenar decentemente y sin haber llegado a tiempo a cubrir la farsa".
Cogí al primer guiri que buscaba el camino a su tienda y lo zarandeé tirándolo al suelo y clavándole las rodillas en los hombros.

"Mira, desgraciado, los franceses están cometiendo una deportación ilegal masiva y eso no lo contempla ninguna ley comunitaria. Punto primero. Su gobierno populista de los huevos, no es más que eso, desde el primer día de legislatura, pasando por la criminalización de las banlieue, la privatización desproporcionada o la centralización de las competencias...pero es que eso es lo que votó Francia. Porque los franceses son unos racistas de mierda y no recuerdan que sus casas las construyeron los argelinos.




Como los italianos, siempre jodiendo a los rumanos y albanos, o los españolitos y su gang-bang continuo a todo lo moro, y lo mismo desde Portugal hasta Noruega.
La xenofobia es lo único que vertebra Europa. Y los romanís, los zingaros, los gitanos, los judíos o los kurdos son el objetivo. La única misión que tiene el Parlamento, la Comisión, el Tribunal de Justicia y toda la parafernalia acompañante es acabar con el Gen Nómada.
Porque no aportan, ni están inscritos, ni se dejan engatusar. Porque son una provocación al liberalismo ese de la libre circulación de personas, bienes y capitales al hacer uso de su movimiento por el territorio de la UE. Porque son como las golondrinas y no se quedan pasando frió en su 'patrie'. Os odio, europeos de mierda, no valéis ni la enculada de un perro muerto".

"¿Lo has grabado?"

Pero mi compañero estaba absorto en las pantallas gigantes en las que salía Sarkozy con un fulgor de dios protector e inmortal, los aplausos no se oían pero el presenciarlos a cámara lenta le daban un rigor histórico abrumador que llenaría de vocación a futuros politólogos. Su sonrisa era pura como la risa de un niño y hasta la Merkel se acercó a su oreja para decirle entre susurros "me mojas toda".
Mi becario ya estaba perdido, su brutal erección lo confirmaba. La imagen se cortó para anunciar que dentro de un par de horas se iban a fletar autobuses con destino a los poblaos gitanos. Y luego imágenes de hipnótico fuego.

El becario se volvió hacia mí ilusionado pero yo ya le había cortado la garganta con la suiza multiusos. Tenía dos horas para hacer arder aquel nido de blancos...

...Pero desperté.
Apagué la tele y bajé al bar de la china a echar unos dardos nada más abrir.




miércoles, 15 de septiembre de 2010

Deseo de ser kurdo


Ni una palabra decente en mil días. Ni un sueño apache que esconder de los funcionarios. Ni sabores, ni olores, ni pieles de gallina ponedora.
Nada de drogas curativas.
Nada de sexo inseguro;
nada de ciudades sobrevolando, a diez mil pies de altura, los viñedos de tu familia.

Tengo toallitas limpia-gafas y sucios los calzoncillos. Tengo un cajón lleno de cigarrillos de menta y un acuciante dolor en la axila. Temo por mi vida. Temo por mi amor.
 
Sin noticia alguna de Willendorf,
ni de Phnom Penh.

No quiero ser extravagante, quiero ser soñador.
No quiero descubrir que he acabado hablándome de una manera clara y directa.

...el Bósforo me sigue reclamando en la distancia y ya puedo oler el raki.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Animales Pijos

Hasta arriba de verdades me estoy poniendo con Perros de Paja (el ensayo de John Gray, no la película homónima de Peckimpack). Este profesor, desconocido hasta hoy para mí, reclama lo que algunos soñábamos apretando los puños bajo la almohada: nuestra animalidad sin medias verdades.




Gray recoge la filosofía occidental y la zarandea. Exime a Schopenhauer de una quema secular a la que no sobrevive ni siquiera Nietzsche.
Nos impide olvidarnos de hasta que punto somos esclavos de la religión (cristiana, en particular): ya que toda nuestra estructura de pensamiento se engarza a la perfección con tres o cuatro máximas irrenunciables a los ojos de los sacerdotes primarios, casi cualquier concepto revolucionario no supone más que la quema de la flota para poder salvar al rey en un bote que arribe a alguna playa.
El Humanismo es Cristianismo, el Marxismo es Cristianismo y el Post-modernismo es cristianismo, o si me apuras, calvinismo. Y todo ello, pérdida de realidad, origamis del pensamiento, fe en todo menos en los poemas...material para inspirar "fantaterror".

Esas mentiras insalvables se postulan en la consideración del ser humano como "otra cosa". Ni mamíferos, ni vertebrados únicamente...destino, libre albedrío, antropocentrismo, progreso, dominio de la tecnología, ecologismo... Religiosidades que nos sitúan en el bien o en el mal, algo que escapa a nuestra decisión.





Gray me fascina con su capacidad de mostrar al puritano que se esconde tras el artista rompedor o bajo la máscara de filósofo revolucionario de algo tan racional como la Lógica. Se introduce Gray en los sótanos del museo y nos espeta la irracionalidad de la ciencia, su preservación a través de su propia consideración: la capacidad de exigir un método científico para medir el mundo pero no para medir a éste mismo método.
Ya os digo, un gozo para los homínidos. 



"El cielo y la tierra son implacables. Los seres de la creación son para ellos meros perros de paja"
Lao Tzu

domingo, 5 de septiembre de 2010

Taking the long way home



Me piace una barbaridad el skyline del Actur y Ranillas a estas horas de sol a medio gas. Las farolas, que poco pintan ya, quedan ensartadas entre una primera linea de combate arbóreo y los conductores duermen rodando todavía. A la par, sigue fluyendo el río como una vieja en su motocarro. 

Ver a la madre, mujer, y a la mujer, anciana, es un chiste más del repertorio universal. El padre no cuenta, si Freud no se equivocaba, éste sólo es un usurpador que se disculpará enseñándonos a montar en bici.
Nota al dorso: Agénciate una u olvidarás semejante legado. 


He recuperado el aroma del pan del día llegando en cajas de cartón al bar familiar; respirando su polvo urticante que alimenta como ya quisieran otros. Me ha costado llegar hasta la fuente, recorriendo sinápsis abotargadas en siesta que se defendían, eléctricamente, ante mi no programada presencia.

Luego ha tocado fantasear y perderse cotilleando las otras opciones del multiverso.
El "¿qué estarán haciendo mis otros yoes?".
El problema es que muchos de ellos también están paternalistas; mirándome a mí. ¡Cómo si yo necesitase atención!
En resumen: cuidamos de Jose.

Sólo son las ocho de la mañana.
Y aún tengo rememorantes las yemas de los dedos





"El olvido también es una forma de presencia. Presta una presencia propia a la aparente desaparición de lo olvidado" De la esencia de la verdad. Martin Heidegger

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Revisionando a los clásicos IV: Gone Baby Gone

 


Adios, pequeña, adios. Cine de género desde el título, sin engañar a nadie. Hombres y mujeres equivocándose y ni una sola femme fatale...o la primera de todas salida del género. Vuelta de tuerca a la lucha contra la ley de los hombres y contra la ley de Dios. 
...Si la hubiese rodado Clint Eastwood la hubiese llamado "La elección", por esa necesidad que tiene de darnos el sermón de lo que ya sabemos; pero Ben Affleck, con un Oscar al mejor guión en una vida pasada, organiza la historia desde la inmadurez: el detective que crea Casey Affleck es un chaval de barrio que se las da de conocer a todo el mundo y poco más. Por fin una historia donde un dilema no se adapta a elegir entre dos finales previstos. El proceso es: di por donde tiras y ya veremos con qué pagas.  

La vida, y vamos concluyendo, se trata de no tener en cuenta a los demás por nuestro propio bien.


jueves, 19 de agosto de 2010

No exigimos valientes, pero tampoco aceptamos cobardes



La perspectiva. Esa lejanía dada del objeto es un acercamiento a algo nuevo. Una colisión trasera invisible al tener la vista delante, clavada en nuestro perseguidor.
Es una entrega al azar.

Sé que no recuerdo muchas cosas porque no me sorprendieron lo suficiente, pero sí recuerdo, en clases de arte, la explicación de la perspectiva y, especialmente, el tema de su aberración: cuando hay que deformar el objeto para que, con la perspectiva lejana, mentirosa y fallida, presenciemos la simetría, la rectitud; el orden.
Los griegos realmente "suplicaban" que nos dedicásemos a ser bellos... y a actuar en consecuencia.
Me dan pena.

Parece que si te alejas ganas en criterio, y eso no es cierto. Alejarse es instinto de supervivencia. Es vivir sin una meta. Si te alejas ya nadie creerá en ti; y si creen los estás conduciendo al error. Quién no se involucre no merece nada.

La verdad está a un palmo de nosotros. La belleza se lame, se chupa, no se observa. De la misma manera en que la esencia de la guerra está en el desorden psicológico del soldado que regresa, pero más aún en la muerte del que se queda.
Involucrarse con la vida es un ejercicio de apnea y la experiencia se cuenta en la capacidad pulmonar que se desarrolla. Y por eso, al igual que Gauguin, presiento a los buscadores de perlas como los únicos dioses que no nos han abandonado.

martes, 10 de agosto de 2010

Releyendo a los clásicos XI



"Olisqueo las moléculas del aire arrastradas por vientos que me son contrarios. Sobrevuelo ciudades anónimas, persiguiendo el sol, con los ojos cerrados. Mi concentración es extrema. Tiendo una cara voraz hacia el horizonte invisible.
Ya no soy más que una nariz ávida que persigue y selecciona las partículas de Leyla."

Enki Bilal; "Cita en París"

Un detective indiferente VI: Extra con frase



Salió de espaldas del restaurante y diciendo adiós con la mano. Era él.

El cliente exigía que aquel tipo fuese abatido cuanto antes; nos dijo que cada día que seguía vivo "ese perro" le comía las entrañas, y lo primero que me pregunté cuando lo vi fue qué podía haber hecho aquel desgraciado para ser odiado de semejante manera. Me dedico a cosas como ésta.

Vestía como un don nadie que está orgulloso de estrenar pantalones. Sonreía como si acabase de vivir el mejor momento de su vida y sólo fuese el comienzo. Se acercaba a donde yo estaba con la mirada puesta en el futuro.
De besos a sus hijos aún no nacidos, de tostadas con mermelada y periódico sensacionalista, de estafas en el taller cada vez que llevaba el coche que nunca estaba arreglado del todo.
Me sobrevino la lástima; estad seguros de eso.

Un testigo declararía lo sucedido a un agente del orden, imagino que se haría el compungido; el afectado. Como si tuviese que concienciar al agente de que este tipo de cosas separaba a los civiles de la policía en dos grupos humanos distintos.

Dos hombres que se cruzan en la calle. Uno de ellos, vestido con chaqueta de cuero y capucha, se gira de repente mientras se pone un pasamontañas que saca del bolsillo.
Imagino que las otras personas también lo vieron. Que se asustaron al disponerse a presenciar una ejecución por la espalda a menos de un metro.
A lo mejor alguno pensó "¡ostia! ¿lo va a hacer?".

Imagino que el agente dejaría de escuchar al testigo cuando no había duda de lo que había pasado.
Y que anotaría algo parecido a esto: "Un hombre encapuchado en el momento del suceso efectuó dos disparos, con la calle transitada y numerosos testigos. Los dos proyectiles impactaron sobre un varón de raza blanca, aún no identificado, por la espalda. La víctima fue trasladada por los servicios de emergencia al Hospital de San Martino y el agresor se dio a la fuga tras subirse, según varios testigos, a un vehículo Peugeot granate".  

Y que conste que no sé si ese tipo murió en el acto o lo salvarán de alguna manera los médicos. Pero eso resulta indiferente: silencia igual un atentado fallido; y quién os diga lo contrario miente.

Y otra cuenta con dinero que no sé con quién gastar. Una cosa es la vida, y otra muy distinta, la vida de los demás. Yo he fracasado en la mía. Me dedico a cosas así.

sábado, 17 de julio de 2010

Dijo que salvar cualquier cosa era infantil




He cruzado mapas cartográficos antiguos mientras venía hacia aquí. Y AQUÍ es exactamente lo mismo que ALLÍ; se han acabado las idiosincrasias; todo sabe igual, tiene la misma cara y es el mismo tiempo; no el clima, sino el tiempo.


Ya me he cansado de enterrar y enterrar, los demás os pudriréis en la cuneta. Os aparezcáis en sueños o en despertares. Eso sí...


Aunque de vez en cuando me cruzo con los que también notan un color raro en las entrañas de los cuervos. Nos miramos y nos hacemos una paja, o un dedo, en el lavabo. Y cada uno por su lado.
Que los raros cuando se juntan acaban haciendo una película de zombies o una comedia romántica.


Si alguien conoce un síndrome que te retiene toda la vida en las 16:00 PM que me lo haga saber. Que no hay dios que se tome un café como los de antes. Y repito; no es nostalgia, el café que recuerdo también sabía a mierda, lo que yo quiero es el acto una y otra vez hasta perderme en mis pañales.

miércoles, 30 de junio de 2010

Invocando a todas las diosas de la fertilidad




Reponemos el disco:



Me voy a entrometer. 
Es todo lo que quiero.
Te voy a levantar el vestido y así lo voy a dejar. 
Y besarte mientras araño la pelusilla rubia de tus piernas. 
Y si lo que conoces es el sexo alargado durante horas,
te voy a enseñar cómo se besa durante días. 
Hasta llevarte en barca por el lago quiero. 
Y me decido yo, ningún coro griego de por medio.

Sólo estaba esperando al verano.
Y ha tardado lo suyo... el mamón.
Y que digas no, no importa demasiado,
porque seguro que hasta eso lo haces bien.

Nena, me encanta como bebes.
Y contigo nunca dejaré de fumar.
Mejor tipo no me haces-
chorradas tampoco-
pero me corro cada vez que te ríes.

Cachorro de altas miras




Desde la zona Vip, y agarrado al vacío podía verla en la pista.
Bailándolo todo. Sin mirar a nadie. Sabiendo que los tiene a todos de viaje astral por su cuerpo. Pidiendo a gritos no crecer, no tener un trabajo en toda su vida.

Ah, sí, la descripción del lugar: pues básicamente un antiguo sistema de túneles de cualquier atracción de coches para niños. Si puedes puedes y si no...
Y el conflicto, en este caso una fácil elección: llevo una bolsa de deporte repleta de pasta, se la he robado a alguien de la fiesta y no debería quedarme expuesto a que me humillen en el campo de fútbol, me den una paliza o a que se acabe pillando por mí un matón homosexual de doce años.

Ya debería estar brindando con dos desconocidos en una heladería, sin padres, con un futuro por delante sin problemas de dinero, sin problemas de ningún tipo, disfrutando de la valentía de huir realmente a donde siempre he querido... pero esa niña me retiene. No contaba con esto.

¡Y allá vamos!

Bajo a la pista con la bolsa al hombro y apartando gente. Con un puñado de billetes en la mano y la mirada fija en ella. Lleva veinticinco carpas refulgentes nadando al unísono por vestido; su pelo revuelto se acerca hasta mí y me roza las mejillas. Y mira al suelo, por supuesto. Pero me deslizo por la pista bocaarriba y me cruzo entre todos ellos. Saco el fajo de billetes y lo arrojo al techo.

Todos son brazos y sonrisas pero ella me mira a mí sin dejar de bailar.
De un tirón la traigo al suelo conmigo. Punto importante: no le gusto. Lo sé, pase lo que pase, haga lo que haga, se quede el tiempo que se quede; yo no le gusto.

El dueño de la pasta y sus matones ya saben demasiado: la gente se pisa y empuja en el centro del local intentando meterse todo SU dinero en los bolsillos. Y saben que ese dinero es el suyo porque sólo ellos parten la pana. Se funde a negro. Olvido el intermedio. Pasan los años.

Y

Ella está en la puerta, sin juventud, sin firmeza. Lo demás sigue ahí, pero la frescura, las carpas de su baile y mi deseo de irme con ella hace años que desaparecieron. Me amenaza desde la puerta, y se va. Podría seguirla, lo he hecho otras veces.

Ha pasado una hora, estoy sólo. ¿Qué fue de mí? Yo tenía un plan, y no recuerdo si lo seguí o no. Mi aportación a la causa fue compartir la suerte y lo único que se comparte es el paso del tiempo. Este punto no es el final, dentro de poco la estoy buscando por ahí y acabo encontrándola en la pista de cualquier tugurio, y nadie la mira entonces como lo hago yo.

jueves, 17 de junio de 2010

De sandías y yonkis



Vuelvo a sentirme yo en el equivocarme. Me descubro una y otra vez mi mirada para adentro, apuntando en la gran lista un nuevo momento de inflexión, amable y simpático como mi mejor yo; y con la llave de paso en una mano y el chorro de agua brotando hasta cubrirme las rodillas:

Unas tetas cobrizas fantásticas que quitan cualquier miedo al hambre y al sueño. Desde luego que sí. Demandando cariño en mi puerta, eso que siempre pensamos no va a volvernos a ocurrir. Aún queda alguna madriguera llena de conejos.

La gente necesita a la gente, más que cualquier otra cosa. Necesita un masaje en el cuello y un abrazo de alguien a quien nunca hayan abrazado. Necesita un polvo lento y fruta.
Y yo, además, necesito a una de esas que fueron lolitas con doce años y ahora se les ha olvidado. Y Humbert ya avisó de que hay poquísimas.

Estoy harto de ver palomos gordos infectos achuchando a las palomas por la calle, sabiendo que, si su panza les permite aguantar la persecución, mojarán; y la dejarán con un huevo dentro.
Estoy harto de ver casados y casadas. De ver parejas de viejos camino a casa o a misa. Quiero que toda esa mierda no me afecte y echar antes de desaparecer doce polvos de esos que quitan varios años de vida.

miércoles, 9 de junio de 2010

Revisionando a los clásicos III: A guide to recognizing your saints






"Lo dejé todo y a todos; pero nadie, nadie... me ha dejado a mí"


Si tuviera un arma no recomendaría esta película intentando desentrañar todo lo bueno que tiene (y bueno también de bondad, de la verídica, de la que se respira tras toda una vida ahogándote), no intentaría hacer campaña de la primera película de un tal Dito Montiel, basada en su propia novela autobiográfica. Si tuviese un arma la ibais a ver porque sí y punto.

Pero no la tengo. Así que por partes.

Dito estaba harto de su barrio, de cómo le amenazaba de muerte cada día, de cómo truncaba los sueños de sus amigos de la infancia, de cómo todo lo hermoso se pudría entre bromas de padre fracasado y novias que tienen la vida ya decidida. Y Dito se marcha. Y que les follen a todos.
Se hace escritor y escribe sobre lo que conoce: sus amigos, su madre, SU PADRE (¡qué a todo esto es el puto Chazz Palminteri!)... Y no sabemos que ha escrito; pero nos iremos haciendo a la idea.

Quince años después vuelve al barrio porque su padre está enfermo. Desde que pisa el barrio, Dito va recibiendo honestas críticas sobre su marcha que el confunde con reproches.
En realidad, el que tiene asuntos pendientes con el pasado es él y poco a poco los pone frente a sus allegados.

La película salta del Dito de 16 años que se va llenando de deseos y sobre todo miedos, al de 30.

Es una película sobre Nueva York, y tiene algo increíble en su descripción: no copia a Scorsese. Esta Nueva York se parece a tu pueblo en verano, a tu barrio después de las clases (si no eras un verdadero gilipollas, claro); es la infancia de casi todos.

Y lo mejor de todo es la esperanza de que cuando vuelvas, al igual que en la película, nos daremos cuenta de los errores: la novia ya es madre, los amigos ya están de vuelta de ti, la madre te descubre que la actitud de madre es justo lo que siempre has necesitado y el padre...bueno, eso lo mantenemos en secreto.

Toda una vida huyendo para poder sentir, y descubrir que, al final, sentir es lo contrario de sentirse satisfecho.

P.D: Boyero vuelves a ser un soplapollas.



martes, 8 de junio de 2010

Revisionando los clásicos II : Frost/Nixon



Aún no me explico que pinta Ron Howard llevando esta tremenda película a buen puerto; porque, si exceptuamos Willow, el resto de su filmografía se espachurra en la acera de madura que está: aquella de Tom Hanks y la sirena, Apollo 13, la muy-pero-que-muy fascista Ransom o la soporífera y chulopollas Backdraft (aquí Llamaradas o "la película que condenó a todos los que participaron en ella a hacer un parón obligado en su carrera").

Frost/Nixon la podría haber firmado el desaparecido S. Pollack si hubiese sido más cínico y más cabrón, aún.
Y no sé si es que ya he tocado fondo o qué, pero me he reído un montón con este desafío entre Nixon y Lorenzo Milá.

Por muchas razones, pero la más básica de todas es que está película sobre periodismo de investigación dedica menos de un minuto a la parte de rastrear la mierda del señor Nixon, en parte porque sería un plomo, sí, pero, sobre todo, porque el meollo se reduce a que Nixon lo tenía bien jodido (obviando que el tipo no fue a la cárcel y obtuvo el indulto total y automático de parte de Gerald Ford).

Esta no es la historia de como el mundo paga 2.000.000 de dolares por no juzgar a Richard Nixon-la mitad del film trata sobre la financiación de la entrevista-, sino que trata sobre como el show televisivo consigue derrumbar a un hombre que no sabe esconder su odio a los demás.

Porque perseguidor (un David Frost vividor y pusilánime) y perseguido (el Nixon más cabrón y reaccionario) no están, necesariamente, jugando al mismo juego.
Uno triunfa cuando ve peligrar su estatus, el otro fracasa cuando presencia la fe ciega de sus amigos...y es al revés de lo que se esperaría por lógica.

Frost/Nixon no es ningún clásico y nunca lo será porque es una película extraña sin épica alguna. Una inmersión, en primera persona, en el mundo del espectáculo político en la figura de un tipo al que se la suda la política. Y por eso gana Frost. Casi sin darse cuenta y sin que merecerlo o no importe lo más mínimo. De hecho, da la sensación constantemente de que Frost sólo está preocupado por la audiencia, y los intentos de Nixon de llevar la relación al terreno del combate resultan anacrónicos y poco realistas. El peor enemigo de Nixon es él mismo.

Gana el nuevo, el que tiene suerte en la ruleta del casino; el otro simplemente hace pública su destrucción sin ser consciente de ello.

Espero que no la vea nadie más o estallaremos de ganas de vivir de tan frívolos que nos volveremos.


domingo, 6 de junio de 2010

Incluso la soledad se puede atravesar



Zaragoza se parece mucho a Chernóbil, tiene abundancia de riberas y enormes arboledas y sin embargo a sus habitantes les valdría con una buena red de catacumbas donde ocultarse. Igual no ha quedado muy claro...ya, es Chernobil lo que se parece a Zaragoza, eso debe ser.
Echo de menos la muchedumbre a todas horas; pero la culpa es mía por anegarme de familia hasta los ojos.
Me caigo de sueño. No he dormido, pero sí he desayunado.
Parafraseando a S. Jerusalem, tengo ahora mismo"una actitud inmejorable para hacer periodismo".

Y ando nervioso queriendo contar algo sobre The Butcher Boy, pero resultaría aún más yermo de lo normal. ¡Y es un pedazo de película, de las de aplaudir hasta con los pies!
Así que cambio de tercio de Flandes -me cabreo al releer- y me decanto por la confesión agustiniana (¡guau, que giro de guión tan inesperado!), algo que me sale siempre solo, como la verborrea casposa a los tertulianos de la tele.
He encontrado informes de evaluación del bachillerato que ya hacían saltar alguna que otra alarma, vocación de pésimo estudiante; de soplapollas, para hacer honor a la verdad; si no estuviese de empalmada a lo mejor no estaba pensando en lo completa que me parece la palabra follar; un "derecho de la persona", según Lisa Bonet.

¡L. escribe, cojones! No me dejes solo en este antiguo oficio de canastillero. Lo mismo cambio de tercio de Mahou y me bajo el Ebro en kayak; haciendo, así, de la vida videojuego, de esos de superar pantalla a pantalla antes de partirle la cara al boss barriobajero de turno.
Me disculpo y me retracto de mis ganas de camorra aragonesa, Zaragoza no se parece a Chernobil, se parece muchísimo más al pueblo de Trillo.

viernes, 4 de junio de 2010

Revisionando a los clásicos I: Lone Star




- ¿Vais a casaros?
- Puede.
- ¿Conoces a su familia? ¿No les importará que seas blanco?
- Su familia cree que una mujer mayor de 30 años que no se ha casado debe ser lesbiana...estarán contentos de que yo sea un hombre.
- Reconforta ver como un prejuicio queda superado por otro aún mayor.


John Sayles es escritor, guionista y director de cine independiente. Y Lone Star es la primera película suya que he visto. La peli es bastante desconocida, del 96; época de horas en el videoclub, donde siempre la tuve en mis manos por el enfermizo atractivo de su carátula.

Han tenido que pasar catorce años.

Por detrás, junto a una sinopsis imposible de adelantar, un tío del New York Times la define como "absorbente". Bueno, sí, es exactamente eso.
Te mantiene pegado a las historias de los"espaldas mojadas" que cruzan la frontera para convertirse en su propia competencia y que acaban volviendo a casa porque han hecho pasta suficiente, te mantiene atrapado con la sabiduría de la primera linea fronteriza de los EE.UU, tejanos orgullosos que poco tienen que ver con el tópico redneck que necesitamos suponer y también a los negros; envuelto uno de ellos en la negación al "victimismo" de los suyos que se come una buena ración de sentido común y familiar.

Y no es el carácter impreso por Sayles a esos grupos lo que importa, sino que minuto a minuto vas comprobando hasta que punto todo está interconectado. Todos forman una comunidad cohesionada a través de sus demonios: los lazos familiares, la ley o la ausencia de ella, la corrupción (o quizás el reparto justo entre los supervivientes) que desarrolla la historia del Condado de Río, también llamado el Estado de la Estrella Solitaria (lo dicho, primera linea en el mundo real). John Sayles no denuncia el pasado, no intenta hacer cine reivindicativo; Sayles pare un peliculón social; en el que lo que importa es el presente de la comunidad donde todos y cada uno de los personajes mejoran al conjunto.

Pero, por encima de todo lo demás, resulta fascinante cruzarse con una historia tan cuidadosamente contada que cada escena posterior supera en fuerza, contexto, claridad y humanidad a la anterior.
Aquí no hay trucos, no hay mecanismos, sólo la constante duda sobre la validez de nuestros prejuicios y la fortuna de comprender, a mitad de metraje, que se nos quiere enseñar con un regalo y no con un éxtasis trágico de los tiempos de Sófocles.

Mi padre, cuando yo era niño, solía decirme que nosotros cometeremos los mismos errores que cometieron ellos; pero, por lo que he logrado entender, eso no ocurrirá...sino que cometeremos los mismos aciertos que cometieron ellos.


P.D: Queda inaugurada una nueva sección de crítica a las películas que me apetezca y que a lo mejor acaba con ésta.

jueves, 3 de junio de 2010

Mentir; creer en lo que no se ve


Diez fantasmas más a la lista callejera,
me siento como la Whoopi Goldberg de Ghost.

No creo que la probabilidad se atreva a cuestionar nada al respecto.

Me miran esos aparecidos, me increpan, me escupen y se van bailando por mi misma acera, empujando a alguien, de vez en cuando, bajo las ruedas de los coches.
Y yo no me entero porque estudio en la biblioteca enfrente de una chica de primero que aparenta haber hecho añicos una vajilla entera.

Y me mira fijamente, proyectando imágenes fabulosas en mí:
Nos follamos entre el oleaje y los restos de un naufragio,
con un brazo alrededor de ella y otro asido al mástil;
el agua tapando y destapando los muslos de ambos y el sol, rencoroso,
calcinando nuestra piel salada.
Y luego ahogarnos, claro, qué si no.

Levanto la vista de su mirada negra y veo que los espectros se están pasando. Los apuntes de la gente vuelan por toda la sala, los portátiles se hacen añicos y bolígrafos que vuelan solos garabatean pollas en la cara de los estudiantes.
No estoy para poltergeist. Prefiero disfrutar del enigma de la chiquilla que puede con todo.

Y volvemos a conectar nuestras miradas: Dejo mi mente en blanco; una montaña se abre en dos y de su raja brota un torrente incontrolado.
Esta chica tiene una obsesión líquida.
Me viola la mente con escenas de polvos forzados, con la hierba incrustándose en la espalda y sus manos aplastando mi cabeza contra el suelo.
Por mí perfecto.

Pero se cansa, se despista; o a lo mejor he sido yo quien ha aguantado hasta el final, quién sabe.
El caso es que se levanta, recoge sus cosas y se marcha por la puerta rompiendo todas las baldosas que se cruzan con ella.

Al pasarme la mano por el pelo compruebo que estoy empapado, y que los demonios se han montado una rave con pirotecnia, barras de bar y máquinas de espuma... y sólo yo lo presencio.
No queda nadie estudiando y la súcubo ya no está;
me importa muy poco todo lo estudiado.

Estrecho la mano a un par de aparecidos que se les ve animados. Parlotean sobre los éxitos de esta multinacional, sobre lo rápido que se asciende si uno se compromete con el ideario de la marca, sobre la cobertura al finalizar el tiempo laboral...
Me enseñan un contrato que no recuerdo haber firmado, un par de golpecitos en la espalda y cada uno vuelve a lo suyo.
Se acerca, impenitente, otro verano.

domingo, 30 de mayo de 2010

Hasta el centro de Camboya no se folla


Acabo de despertarme. O acaban de despertarme dos que son tocayas, mejor dicho. Porque por mi propio pie no salgo de la laguna ni en verano. Me lío las horas, las echo al hombro y dejo que se engusanen y mueran.

Pero acabo de despertarme. Y pienso que la traición es el pan de cada día y que traicionado y traidor son intercambiables, sólo que uno se pirra por la culpa y el otro por la ira.
Así el activo puede seguir sintiéndose vivo y el otro cobarde.

Y con la cara lavada, afeitada por completo, y con alguna que otra crema untada en la barbilla, me dispongo a seguir investigando en la buena dirección.
Lo primero que me viene a la cabeza es pedir perdón.
Lo pido.
De veras.
Lo siguiente es perder el vértigo. Pero sin avasallar, que es algo que me va a costar horrores.

Por último, me prometo no volver a dejar una constancia tan cutre de una buena noche de consejos impersonales: de esos que o los cojes tú o los cojen los de siempre.
Es mi último agradecimiento sin usar el cerebro. Palabra.

Acabo de despertarme y ya me echaría a dormir angustiado otra vez. Ni vago, ni imbécil; únicamente pijo... y de incógnito.
Desde aquí recomiendo a las mujeres. O no aprenderemos.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Épica hiperrealista


Más o menos, de una manera muy serrana y paciente,
se han escrito los capítulos anteriores que han traido al protagonista hasta un estado de semisatisfacción por lo deseado con ganas,
y de sedición malsana por lo poco sujeto con las manos.

El mundo se ha portado algunas veces, eso no lo voy a discutir nunca;
están los documentales de animales que nos yerguen sobre hombros de gigantes.
Y el blues.
La cultura en manos de nadie.
Las panaderías abiertas a las cuatro de la mañana.
La descripción y estudio de todas las especies, yerbas, simientes.
Lavapiés, el pastel de cabratxo, las historias de balleneros,
el Nuevo Periodismo, Vittorio Gassman,
la sátira, las lentes de contacto, Josèphine Baker,
Iris Murdoch y su relación con John Bayley,
y, sobre todo, las religiones que tienen animales por dioses.

¡Vivimos tanto a través de las posibilidades de otros que no entiendo como no estamos de celebración continua!

...Agujero negro narrativo...

Pero luego está este puto enjambre de venas y fibras musculares intoxicadas impidiendo llegar hasta donde dicta la imaginación (puta, puta imaginación).

"Sabía pegarse cuando no se pegaba y ahora practicamente sangra si cambia un poco el tiempo.
Pero se acuerda de sus ideas, vendió sus ideales bien barato para no darles más vueltas y se concentró siempre en sus ideas (o idas de olla o mentiras o propaganda de grandes multinacionales).
Con el soniquete constante de espicharla en la cuneta.

La amenaza del hombre del saco en el que nos transformamos cuando cumplimos los 25 tiene presas todas las oportunidades, maniatadas y obligadas a estar tiradas por el suelo.

La última, en su turno de ir al baño, engaño al "secuestrador", se escapó por un ventanuco y se infiltró entre la multitud de las malas ideas.
Las anteriores que escaparon a ella usaron tretas, poco más o menos, igual de ridículas.

Pero las que quedan dentro y quiere rescatar -muy importante este punto- ya deben estar impacientándose.
Ya sueñan con un tipo cualquiera al rescate, aunque llegue sin pectorales ni sonrisa noventera; uno del que poco importa que le claree el cartón, tenga pelo en los nudillos o se le quede baba seca por la boca.

Y llega tarde, pero tiene intención de llegar.
Va de camino, parándose en cada portal a ver si ve un timbre pintado de rojo y/o enfrascándose a repetir a todo el mundo las deliciosas idiosincrasias del mundo animal; sí, pero va en la buena dirección.
Va decidido a enfrentarse con su ego, su yo, su superyo y todos los tús que ha malinterpretado; y conociéndole, sus enemigos no pueden ser muy peligrosos.
Será una de las peores escenas de acción de la Historia. No cabe duda".

jueves, 13 de mayo de 2010

Les Étoiles des Filles Mortes


Lo sé sin salir de aquí.
Corren arrastradas por los ríos,
flotan en los mares.
Se mantienen incorruptas.
Ellas con especias de bosque y noche en cada orificio.
Yo en el desierto del futuro, como gato alrededor de comida caliente.
Y decenas de inuit usándolas como embarcación para llegar al oceano;
arremolinadas al final y erigidas como arrecife de hagiografía.

Y en mi memoria episódica una no ve a la otra,
la hermana no mira a la amante y ninguna dosis fue primero.
Todas y yo, sobrados de razón,
fluidos para motor
y ansia de morir como siameses separados.

Salgo de todo esto y no hay corriente marítima conectada a nada.
Ni lírica completa, ni polvo retractil bajo el lóbulo temporal.
Sólo coros de infancia armada,
mis sombras formando una familia,
el cardumen alimentándose de los ases rotos
y sus estrellas brillando impenitentes en los cuerpos que quedan bocabajo.



martes, 11 de mayo de 2010

Releyendo a los clásicos X







"Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger.
Ya me reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y...
Tuve miedo de perder a alguien especial
y termine perdiéndolo
¡¡pero sobreviví!!
¡¡Y todavía vivo!!
No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías sólo pasar ...
¡¡¡VIVE!!!
Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía,
por que el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante."

Charles Chaplin; "¡¡Vive!!"




lunes, 10 de mayo de 2010

El viejo continente






No os equivoquéis conmigo, yo soy vienés y lo seré toda mi vida.

Cojearé,
posaré ante el espejo,
y me mojaré bajo la lluvia como un vienés.

Porque no se envejece en ningún sitio de mejor manera.
Con el psicoanálisis como patrimonio
y la humildad como pecado;
en Viena quedan posos del sexo loco de los ´20 berlineses
y nadie te pone los cuernos en la ópera.

Frente a los burkas que esconden mujeres
yo reverencio el desnudo público de mi mujer.

Acoso a los ancianos, azuzándolos con la caballería;
porque sí
y porque ya es hora.

Y cuando concluya este valls electrónico,
colonizaré el Trópico con una fusta y buenas intenciones.

Porque soy un vienes
encerrado
en el cuerpo de un idiota
que responde con labores de contención.

domingo, 9 de mayo de 2010

Bocadillo de camomila




No estoy para narrativas normales, amigos. Me quedo con la épica-química, el western atmosférico, la intriga de la coexistencia espacial y la novela criminal. Todo lo demás es novelucha romántica, discursito pedagógico de fariseo y cabrito y moralina judeocristiana (de la chunga, nada que ver con el "cine de la inquietud moral", por ejemplo).
A la hora de los estilos, necesito un poco de "Cut-up" a lo Burroughs, un compromiso total con el juego como hacía Cortazar y una sinceridad completa... acobardada en el último segundo para pillarla buscando un escondite en el salón.

Mi lenguaje está en búsqueda; por fin, ya me comí los huevos de niño lector asocial y resabiado. Ando abierto de piernas a todo el lenguaje panamericano (una buena muestra de ello *), y un compendio de dioses y demonios suficiente para formar el panteón léxicográfico que abarrote mis farragosas subordinadas -muerte anunciada en el pasado de esa quimera sosísima y bienpensante que es el párrafo corto-

La voz. Nunca hubo duda. Tercera persona cuasi omnisciente cuando se trate de castigar, totalmente omnisciente cuando me sienta con flow y más dado a la prolepsis que a la analepsis (es decir, más dado a joder los chistes que a mejorarlos); por último, primera persona...bueno, si empiezo en primera persona todo el mundo al suelo.

En cuanto al ritmo: siempre pensé que la única evolución de un cuentacuentos y de un tiralineas estaba ahí. Así entendí la evolución de una época literaria a otra en el colegio y así lo sigo viendo. Y por eso no he tenido ritmo alguno y tengo que escribir con música a toda ostia.

Si entro en descripciones cuando escribo se debe a tres posibles motivos: o necesito despistar, o estoy todavía entripado con algo que he soñado o quiero relajar alguna taquicardia escribiendo y
me da igual perseguir o no a las musas con el bate de beisbol.

De todos es sabido que cuando se escribe sobre el proceso de escribir, o sobre el enfrentamiento con la página en blanco, o sobre el papel de creador, es que no hay nada serio que decir y que ya no se es escritor. Y ahora queda, según el concepto de trascendencia, plantar un ñordo y tener un monstruo.


* "¡Qué gonorrea! ¡Qué vaina tan cruda y tan bacana!"



lunes, 3 de mayo de 2010

No pain, no game



Tengo una taza partida en pedazos, es un recuerdo de Praga, pero no mío; yo no conozco Praga, como no conozco Bhután.
Pero aunque no sea mía he decidido recomponerla con paciencia. De hecho, ya lo sabéis: porque no es mía voy a recomponerla.

Va a ser el principio de mi imperio. Pegado con pegamento y vendido antes de que se desmorone, y yo, ya lejos.

Si me paro a pensarlo siempre tuve en realidad vocación de rey, de gobernador. No quería ser autor, sino autoridad; como Bret Easton Ellis.
Que me adjudicaran el título de emblema de una generación o ser convertido en objeto de deseo, nada serio, nada intelectual; sólo una turbia impostura, algo nocivo, algo expuesto a la horda...cercano al cielo.

Así que aquí seguiré juntando trozos de porcelana para hacer feliz a alguien, para que me hagan feliz a mí. Barruntando que la misantropía gobierna el mundo mientras mi gato ha huido a pastos más verdes.
Tocar fondo es tener una taza rota por mascota.

Hay galletitas de la fortuna bastante peores



Se me han hinchado los músculos de la espalda, así como suena; un cuasimodo en Delicias con temblores. En pleno mayo con el radiador a tope y ofreciéndole el culo.
Una vez más, enfermo en el peor momento.

Eso sí, el malestar me hace algún que otro bien: sacia mi necesidad de pereza porque no me saca de la cama, y me ofrece mucho más tiempo para mejorar mi situación.
B. decía en su obra: "yo no hago virtudes de mis defectos". Bueno, pues yo no hago otra cosa. Y si me disculpáis, me vuelvo a la cama. Que la literatura no anda por aquí fuera...y parece que me estoy poniendo confesional.

viernes, 30 de abril de 2010

Un menú sólo de entrantes






Seguro que volverá a ocurrirme, ya lo verás; no tendría sentido toda esta contención -esta lasitud- si no me esperase, pasado mañana, tras la esquina.
No puede haber ocurrido y ya sin más, apesadumbrarse todos los días por venir.
Sí, sé que a la gran mayoría les pasa. Se encuentran a gusto en un solo día y de regalo toda una vida para entender la broma. Pero no es el caso que nos ocupa.
Además el gusto por la nostalgia lo perdí a los diecisiete.

¡Qué increible es la envidia! Te agarrota y te entierra en el desierto, te quema la retina; te da por perdido. Y para salir del túmulo te aferras a habilidades infantiles, a ánimos equivocados del padre.

Pero estás sepultado en la autocrítica, esquivando ataques de pánico con una mano en el pecho, y otra en la cartera. Cuando la boca se te llena de mentiras, comienzas a soñar. Despierto. Pero ya no apuntas ninguno, porque se comienza a santificar la verdad.

Se abren las puertas de par en par, para que corra el aire y traiga el aroma a pan de aceite de la tienducha de detrás de las pistas. También vuelve el caliente sudor de las chicas del 83, que bebían en aquel bar del pasaje donde ponían Los Burros.
Y sobre todo el rumor del cloro que impregnaba el camino por donde habían pasado sus hombros finos, cobrizos, perfectos; y la senda que me conducía hasta ella, en los trigales; más allá de la alambrada.
Cuando era tan valiente que firmaba cualquier pacto.

Repito, no es nostalgia: es fatalidad y negación de lo evidente.




La ciencia lo explica mejor. Como siempre.
En la niñez, en la juventud y así, las sinápsis están frescas como arándanos recien tomados del arbusto, las imágenes, los detalles, se clavan a fuego y se recuerdan siempre. Por un lado porque se aprende a sobrevivir -una información sobreestimada- y por otro, porque esas sinápsis hacen prevalecer esa información, por "antigüedad", por encima de los nuevos recuerdos, menos vívidos, menos determinantes.

Toda una corriente de abrazabragas como yo cree -y he querido usar el verbo creer- que al filo de la última noche, antes de extinguirse, esas sinápsis intensifican en un último estertor eléctrico la percepción.
Y pueden pasar dos cosas, dentro de los términos de esta superstición: o se vuelve a sentir con aquella calidad lo que pase en el momento, o se recuerda con total lujo la información del trastero de la memoria. Una opción merece aguantar lo que nos echen por poder presenciar "lo que sea", otra vez, con esos ojos; la otra es un fracaso estrepitoso en el crecer.

Intento descifrar en cada persona de la tercera edad cuál ha sido el camino tomado, hago estudios de estadística, intento elaborar un programa estándar; pero se cruza en el experimento una variable insidiosa que estropea las muestras: todos se niegan a que se haya acabado el mundo perceptivo, todos olvidan y siguen viviendo como si nada.

Pero pasado mañana... pasado mañana.


jueves, 22 de abril de 2010

Reescuchando a los clásicos V


FIRE!


"Dejemos las conclusiones para los idiotas"
Pío Baroja (1872-1956)

miércoles, 21 de abril de 2010

Atízame de pleno pero no me des la vara





El combate a muerte definitivo. Dos luchadores que se ríen de la muerte.

Él, un sociópata inadaptado, pletórico de hiel y poesía, hiperestésico y lleno de autolesiones; la mitad imaginarias.
Ella, una despiadada seropositiva, mitad infantil, mitad caprichosa; con ganas de llevarse todo por delante y que nadie sea capaz de hacerla sentirse protegida.

-Los personajes procuran ser ficticios en la medida de lo posible-

El local está abarrotado porque se ha corrido de boca en boca que es algo digno de ver. Eso es un punto en contra suyo, pero también del público: él ha prometido matar a todos los presentes si resulta vencedor.

Fight!

Ella le mira compasiva, y se acerca sonriendo.

Con la guardia baja y pensando que ella iba a lanzarse a sus brazos...sucede un primer error de principiante: disparada hacia delante le incrusta las rodillas en el plexo solar derribándolo a varios metros.

- Di la verdad, tu peli favorita es la Guerra de los Rose...

- Sabes perfectamente que no soy un tio con una única pelicula favorita.

Un rápido vistazo de psicópata entrenado le da toda la información estética de ella, calibrando así los pros y contras de su vestuario en este asalto.

1ºLas botas le ayudan a dar unas patadas devastadoras, debe evitarlas todo lo que pueda.

2ºLuego está ese estúpido corte de pelo ochentero; podría agarrarla y someterla así, pero la educación televisiva que ha recibido le impide luchar como una chica.

- Cada golpe que me des me hace más fuerte, si quiero puedo ser un masoca perfecto.

- Yo al menos he practicado el sado, tu sólo lo has imaginado, freak.

Como había pensado, ella se obsesionó lanzándole patadas giratorias. Tenía prisa por ganar; bueno, siempre había tenido prisa en general.
Tras esquivarlas como un rayo, se sitúo tras ella y la agarro con ambos brazos buscando un rozamiento que sobrepasaba lo enfermizo.
Ella lanzó la cabeza hacia atrás, rompiéndole una vez más la nariz. Se le nubló la visión.

- Me tienes harta. Montas esta pelea y ni siquiera tienes intención de luchar.

- Tendrás mucho que objetar... has invitado a más de cincuenta personas para verlo.

Totalmente cegado se rebuscó por los bolsillos, sacó un dispositivo casero y lo accionó.

- ¡A tomar por culo!

Toda la grada estalló en llamas. El público chillaba enloquecido extendiendo el fuego por todas partes.

- ¡Pero contra quién luchas, puto enajenado! ¿Cuándo has preparado esa bomba?

- Todo es un plan maestro para vencerte por fin, zorra. Primero anulo a esos vendidos que sólo te animan a ti. Así estaremos en igualdad de condiciones.

Animado por su aparente genialidad, se avalanzó como un oso hambriento sobre ella, cayendo encima con todo el peso y dejándola inconsciente. No se movía. No respiraba. ¿Sería posible? ¿Por fin la había superado?

Las lenguas de fuego surcaban el techo y las paredes. Tenía que salir de allí...pero ¿iba a dejarla consumiéndose en el incendio? ¿Ese era el final que siempre había anhelado? ¿Era un buen momento para dejarse llevar por su típica catarata de dudas?

- Querida, ¡qué te den!

Pero fue darle la espalda y ella se levantó como Drácula, con la boca y los ojos abiertos por completo. Trepó por su espalda y le arrancó medio cuello de un bocado.
Cayó como un pelele tembloroso y con la respiración chirriante.

- ¿Quieres saber porque hice de tu vida un infierno?, dijo burlona mientras él sujetaba la sangre de su cuello con las manos.

- ¿Por...por no decirte casi...nunca te... te quie... ro en vez de...en vez.. de te necesi...to?
Justo antes de contestarle se detuvo. Ya estaban otra vez en ese punto; el chalado y la psicópata que se intercambiaban las personalidades en un intento más de no abandonarse por completo.

Pero esta vez el juego se les había ido de las manos. Él se había desangrado y mantenía una mueca de sorna y terror: blanco total y con los labios apretados y estirados...por fin le había salido poner los labios especiales.

Ella salió en el último momento del local que se derrumbó tras de sí. Era el fin de una era, como decían siempre las películas que él guardaba como tesoros. Y el principio de otra. Menos violenta, más constructiva. Totalmente diferente.

Había ganado y no sabía el qué. FIN