
No os equivoquéis conmigo, yo soy vienés y lo seré toda mi vida.
Cojearé,
posaré ante el espejo,
y me mojaré bajo la lluvia como un vienés.
Porque no se envejece en ningún sitio de mejor manera.
Con el psicoanálisis como patrimonio
y la humildad como pecado;
en Viena quedan posos del sexo loco de los ´20 berlineses
y nadie te pone los cuernos en la ópera.
Frente a los burkas que esconden mujeres
yo reverencio el desnudo público de mi mujer.
Acoso a los ancianos, azuzándolos con la caballería;
porque sí
y porque ya es hora.
Y cuando concluya este valls electrónico,
colonizaré el Trópico con una fusta y buenas intenciones.
Porque soy un vienes
encerrado
en el cuerpo de un idiota
que responde con labores de contención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario