Tengo que rascar un poco más entre occipitales, y tampoco canso a nadie, así que a joderse.
Elvis me está dando el coñazo con eso, así que ahí voy: no pienso esclavizar a ningún perro para que me haga compañía, ni follar por nada que no sea amor, terror o dinero, jamás me veréis con un pañuelo si lloró, ni negarme a un brindis mientras alguien me invite a una copa.
No entraré en ningun lugar sin poner antes mi cara de haberme colado, ni tomarme en serio ninguna enfermedad propia, no me pillaréis tampoco mirándo un cuadro más de treinta segundos, ni me oiréis quejarme de que una calle o una casa esté hecha una mierda, no.
Y voy a seguir pensando que mi capacidad de aprehender se ha gastado con el uso, que mi cuerpo está poseido por un espiritu cabrón que me jode en los peores momentos, que me van a llorar en cinco continentes -joderos todos los que no vivís en Lavapiés- y que algún día escribiré la frase que os haga reir y llorar a todas y todos.
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