lunes, 31 de agosto de 2009

Volando de lado

Primera perdida de combustible en mi nave de reconocimiento y por lo que disimulan en Houston: de poco servía utilizarlo. Desde que me enrolé en esta misión, supe que la confianza ni me la había ganado, ni me la iba a ganar. En caso de emergencia, pues se corta la comunicación y que le jodan al friki ese de las estrellas.

En mis pocos ratos libres -que me los fabrico yo mismo, desatendiendo misiones secundarias que van variando en importancia y recursos- me planteo alunizajes ridículos saliéndome de la ruta y soltando la carga en zonas habitadas por criaturas tan poco populares como yo. Lo mejor de estar solo es que todo te parece igual de apropiado.

Ya no me llegan videoconferencias desde la Tierra, si acaso algún sueño más o menos vívido. Y sí, me sigo despertando empalmado; aunque la supervivencia de la raza dependa tanto de mí aquí arriba, como por ahí de Houellebecq.

En quince días terrestres -que al cambio aquí es media juventud y las ferias de Albacete con chica- el botón de autodestrucción me va a estar haciendo unas rimas asonantes que riete tú de las secciones de Cultura que se extienden por vuestro ancho y perro mundo.

Lo dicho, dejadme morir sin perder la poca dignidad en Youtube.



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