sábado, 28 de noviembre de 2009

Vercingétorix somos todos


Compro todo tipo de retratos, a ser posible al estilo de Fernando de Felipe (un cabrito increible de los que a veces da Zaragoza).
Y se aceptan acuarelas; ni que decir tiene, L. Porque vivimos en la época de la tecnología y eso al final pesa sobre lo demás: el teatro es una mierda y los ensayos que hacemos en la calle son eso, ensayos.

Porque la mala leche se diluyó cuando Marylin Manson no se bautizo como Sharon Tate Manson, y desde ahí a vivir del cuento en las universidades tonto sí, tonto no.
A día de hoy, el modelo humano factible es Phineas Gage y no Jim Carroll; algo que me jode.

A lo mejor, nuestros entierros incluirán la búsqueda en google y en youtube de nuestro nombre, las búsquedas en foros de toda índole con nuestros nicks (o como se diga) y un recopilatorio de caiditas para terminar que siempre gusta (aunque a mí que me pongan un recopilatorio de bloopers de la NBA).

Nuestros devaneos por páginas porno quedarán en el anonimato porque, repito, nos descuidamos a la hora de hacer daño con la palabra en un mundo-expendedora.

E intento no sentirme otro Clint Eastwood aferrado a la escritura y a las formas, otro perro viejo déspota, fascista.
Porque si me sincero, también me maravilla vivir la entrega de las armas a los pies del César.

Me aclimato rápido a las desgracias, me temo; pero me hubiese gustado tener a alguien con quién hacer frente al mundo. El mismo motivo para darle la razón de todo a Polanski.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Reescuchando a los clásicos IV

"Quien se empeña en pegarle una pedrada a la luna no lo conseguirá, pero terminará sabiendo manejar la honda"
Proverbio árabe
Él





Semanas a patadas

Es viernes noche. Dejando a un lado lo prometedor de un sábado y domingo de mañaneo.
Mañaneo.
Mañaneo.
Suena a ritual de iniciación.

Como el de los pigmeos que es la caña: el espíritu de la jungla (un mojón de paja que recuerda al primo Eso de la familia Addams) llega a la aldea e interna a los niños, rapados para la ocasión, en la frondosa vegetación.
Las madres dejan comida y bebida en la linde del pueblo y los niños mayores se la llevan al espíritu para que les permita volver con vida (porque a todo esto los niños se han ido acojonados pensando que muchos morirán). Por supuesto todo acaba, los niños vuelven riendo y nadie sabe que ha pasado en la jungla. Y punto, ya son mayorcitos.

Bueno, que se me pierde el tema. La cosa es que me voy de reencuentro porque me da que el día correcto para estar a tiro sea hoy. Además tengo que seguir creyéndome que tengo una novela en proceso y necesito engañar a C. con ello.

Me leo lo anterior y me aburro. A lo mejor hoy sobraba, no os quito razón; pero tengo que teclear todo lo posible o me dará por centrarme y para eso os aseguro que es un día atroz. Para estos días hay una receta infalible.

Besos en los morros, punkipolvos y botes de ketoral para quienquiera.


Me desnudo lo que quiero



¿Un poema del cuerpo?
Vale, pero que no haya rimas, ni metáforas psicosomáticas. Qué lo que diga de mis facciones sea lo que la gente ve, qué lo que diga de mis fuerzas sea todo mentira y qué cuando hable de mis dedos sea donde vaya esta noche.
¿Por qué hablar del cuerpo? ¿Por no hablar sin saber?
Lo suyo sería hablar de lo que sale del mismo: mierda, lefa, la risa, salivas en cacería, sudores, humores, enfermedades contagiosas dirigidas, puñetazos, lanzamiento de piedras y de miradas: sucias, honradas, protectoras, promiscuas…¡y qué más da!
Así que empiezo a correr para poner a prueba la máquina en el papel, como cuando era crío, casi sin apoyar el pie por entero...volando raso.
Esquivando otros cuerpos que ya me los conozco por sus poemas e impidiendo que nadie opine de mis debilidades que son sólo mías.
Cuando no puedo respirar sé que se me pasará en un momento. Luego pongo mi mirada de "no me convence" para saltarme los efectos sobre mi cuerpo; campo privado, incluso, para los poemas.

Y queriendo estar al final extenuado, vendido, al límite; lo más fuera posible sin salir del cuerpo, que es de lo que se trata.
Una vez en materia, al lío; calibrar su peso, su sutil curvatura; aplaudir su esfuerzo en sostenerme los huevos; órganos pasados de fecha y de época...punto de reunión de la Resistance, a la que, al final, no acudimos nadie porque todos estábamos follando.

La fricción hace al músculo y la osamenta es nuestra puta particular; y esto va en plural por eso de haceros partícipes del poema, aunque el parecido termina aquí; gracias a Dios.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Descripción en Staccato



Ando últimamente con carencias de litio; lloro sin llorar, me tiemblan las canillas cuando me quedo solo, me descubro a ratos mandándome a la mierda...

¡Vamos un fiestón que me he montado en un momento!
Razones: lo de siempre, desconexiones químicas en el cerebro...nada nuevo.
Soluciones: abrazarme como buen tarao y lanzarme por el tobogán, aparentando estar bien...como todos, tiempos de mantener el tipo.

Si lo escupo aquí es únicamente porque la paranoia en la literatura siempre queda bien y se valora, en las calles creo que se conforma en "la minoría de las minorías", le da mal rollo a los conocidos y se reunen firmas "por tu bien".

¿Y la sentencia? ¿Y el chiste?
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¿Y los lectores? ¿Y la réplica?

Yo solito, con estas manitas, he creado el espejo.

"Creo que empiezo a entender"
Shakira