sábado, 24 de septiembre de 2011

La perdiz me la pones bien mareada


















La amistad se mide en la delicadeza a la hora de hacer cosas peligrosas.

Sin final no puede haber un principio. De ahí, las parejas eternas desde la niñez, los amigos que se pierden en el origen de los tiempos y todo lo que no depende de nosotros y es un descanso y un disfrute. Como un chubasco, que te den fuego y no el mechero o que venga un perro que no conoces a saludarte.

Empieza a pasarse el aroma a tierra mojada.

Mañana es día de jugar al poker con unas cartas que he fabricado con todo lujo de detalle, y que llevo escondidas en mangas, bolsillos, bajos fondos del tapete y piropos como no has escuchado en tu vida; y sin embargo siento que perder me sale solo, como bailar.
A sabiendas de que me van a apalear: me van a atar a un poste como a Harry Dean Stanton en Corazón Salvaje y se va a montar un ritual de apareamiento aburridísimo en toda mi cara. ¿Por qué lo sé? Porque lo único prometedor son las ganas y no es temporada. Se está secando la tierra del bosque. O lo que es lo mismo, ya no me despierto empalmado todas las mañanas.


Se sitúa de manera excéntrica en el respaldo de la vida; con la cabeza baja entrega su nuca, retando así al espíritu francés ilustrado.
...Más que guapa es joven.
Tanto océano puesto entre medias la imaginaba con síndrome de insularidad y aislamiento, sólo para mi satisfacción; me encaraba al horizonte inmerso en los pastos, recorriéndome la savia de tantos humanos convertidos en historia y acababa pensando en nosotros, ella y yo, colisionados, sin taparrabos ni jipismos; sólo rastreo y persecución. Y a ser posible una cama de hotel donde poder recomponer los trozos.

Es abrumador todo lo que he vivido como un idiota, solo, tumbado; antes de dormir. También da pena, la verdad, el dedicarme a hablar con fantasmas, con monstruos hechos de retazos de gente buena y con seres de otros planos porque me excitan; pero es una vida como cualquier otra, más dispuesta que la mayoría, si cabe, a unir los trozos esparcidos por el big bang.


"...Se han perdido todos menos yo"
                                 Indiana Jones