
Mi horóscopo, en perfecto valenciá, me ha recomendado que me mantenga activo en tiempos de paro y ruinas.
A lo mejor es cierto que un tonto que piensa mucho es sólo un tonto que piensa mucho.
Y si encima ha visto muchas películas que no ha entendido, y ha leido demasiados libros que no ha vivido, el tonto se desmadra y agota al resto.
¡Pero Ála es grande, existe el facebook! Y aunque este tonto tenga las habilidades sociales de Saddam Hussein, a veces le sale bien.
Recordando a ese Henry Stanley que tuvo que buscar por África al Doctor Livingstone, quién no había perdido la exquisita educación victoriana aunque se limpiara el culo con hoja de palma; lo cierto, lo que sobresale entre el pensar y el hacer, entre el preocuparse y el ocuparse, es el coñazo de la felicidad.
La misma que se descojona en medio de las pistas, sobre las almohadas, y en más caras de las que pensaba; sabiéndose dulce trofeo en una competición sin podio.
Por lo que respecta a este imbécil, se acabaron todos los pre y todos los post...¡bienvenido al mundo de en medio!
