lunes, 29 de marzo de 2010

Otro tonto con lo mismo




Conocí a un tío que guardaba los coños en frascos, en una disolución acuosa de formaldehído, o formol, y con abono orgánico líquido como sustento de nutrientes.
Había descubierto que, por ilógico que parezca, era mucho más conveniente para la conservación una temperatura de clima tropical.
Aunque empezaba a cuestionar los límites de lo óptimo experimentando en atmósferas
más baldías,
remontadas río arriba;
de parajes propios de la duermevela y el mito.

... nunca sacó uno del recipiente que no fuese a utilizar.
Poco a poco fue integrando su conducta en la médula espinal de su existencia,
su matrimonio y su paternidad.

Comenzó llevando un pelo rizado metido en la boca mientras veía con su mujer la televisión o les leía un cuento a sus hijos...sintiéndose centro único y absoluto del universo fabricado por un demente,
consciente en solitario de su comportamiento, observador y bufón de una vida sin nada, absolutamente nada en el exterior,
salvo los coños.

Los coños nunca le vieron llorar o tener miedo. Su perro sí; le miraba con una mirada escrutadora y atenta: queriendo entender si su amo dominaba los coños o era al contrario.

Había coños olvidados en el maletín con las cosas del trabajo, en el microondas junto a una taza de café frío o en el estante al lado de las fotos en las que salía joven, haciendo cosas que hacía cuando era joven y los coños no le obsesionaban en términos de epidemia.
Coños, Por toda la casa. Coños

El tío tenía ataques de pánico, aunque en esos momentos no estaba para coños.
Tenía un truco para intentar recuperar el ánimo: pegarse con sus hijos al estilo padre necesitado...ya sabéis recibiendo todas y fallando una tras otra, eso le hacía sentirse mejor porque ellos también se sentían mejor.
No hay nada como ganar a uno grande o perder contra muchos pequeños.

El tipo murió a una edad insultante y le lloramos un montón todos. A día de hoy, los amigos todavía intentamos encontrar su colección por alguna parte, ya que no estamos para aprender ninguna moraleja en este planeta.