viernes, 2 de octubre de 2009

Gracias, perdóname



Y volvimos a casa. E hicimos, de un viernes, domingo; o eso creo. Debe ser inquietante tenerme en tu cama comenzada ya la tarde, roncando como un ágora de primavera y con brummel destilado en mil pucheros. Perdóname eso.
Y comimos lo cocinado. Y bajaron los biorritmos a marchas forzadas (ultimamente los recargo con un multicargador de los chinos) Pero controlando la despedida, que ya somos senior.
...me encontré donde siempre: agarrado a mi propia cola, al más puro estilo Gattaca pero sin andarme con remilgos de borrar ninguna huella.

E intento escribir algo que no me esté pasando ahora, como debería hacer un buen cronista. Porque, ¿a quién le interesa leer lo que ocurre hoy cuando puede vivirlo?
Quizás un apunte, sólo para dar contexto: bien cubierto por Frank Serpico, un Mucho Muchacho en cada nalga, café de empalmada y a toboganear por las calles buscando una taquillera de teatro con el morro de Ava Gardner (literal y figurado).


(Y gracias por no cambiar tanto como te crees
...perdóna que te lo diga)





lunes, 28 de septiembre de 2009

¡Muerte a la Nueva Carne!



Creo haber visto a mi doble viniendo hacia aquí. La misma barba y los mismos kilos. No, en serio, poca gracia. Lo peor de un doble es que el mundo no necesita dos versiones de nadie. Y yo tengo facilidad en perder contra casi todos.

Pero no estoy siendo justo y me pierdo por la narrativa de género, que además se me da muy mal: no es mi doble, no, esas cosas no existen; es alguien mejor que yo, a priori.
Porque a largo plazo me hago querer, e incluso a veces parezco imprescindible; pero de primeras soy un gilipollas y un malqueda.
Y él parece salido de la mente cuentista de Andersen: hermosamente feo, poderoso y compasivo como un oso vegano y seguro que no le cuesta nada dorar la pildora.

Mientras que yo soy un puto crío cuando soy muy bueno, y una pesadilla de Cronemberg de lunes a sábado.

...No estoy celoso, ni tengo envidia...quiero decir que no sólo estoy celoso y tengo envidia, sino que me parece injusto y que este juego es una mierda. Quiero que me devuelvan el dinero, la chica o al menos el sombrero.

Seguro que encima no hay rastro de fimosis... mierda, joder

Escribo de oido

Trankimazines para los del fondo si se han de aburrir. Miren mi dream machine los del gallinero, y a ser posible no abran los ojos nunca más.
El de sonido me dice que, como está despedido, me va a joder el espectáculo...un fuerte aplauso para él. A todos los demás, alma de dub y humor de supervivientes.

Pioneer Moves!
pIOneER MOVES!





Si cada día que pasa estáis más lejos de cualquier orilla pero más cerca de la salida; agradeced el día, ostias.
Podría ser peor... podríais encontrar ropa interior ajena en vuestros bolsillos, y no encontrarle explicación.

El perro blanco de Fuller estaba educado para atacar a los negros. Los míos sabran desactivar minas y atacar a los que nos vengan jodiendo con arggghhumentos sobre las especies. Mis perros serán legión o ninguno, como mis hijos-perro que no dejo nacer; ni ganas. Ni tú ni nadie. Pues eso.



Mel Brooks es mi amigo invisible desde hace años. Se ríe de mí; conmigo... una de cien. Lo intento cambiar a veces por R. Mitchum, pero el puto Mel me pone unos ojitos en el coche que acabo dando la vuelta, y desde ese momento ya se está despollando otra vez.

Que Dios me ayude a cantar mi canción...Piribai, piribai...
O dejadme bailar mal en medio de la pista, sin darme el coñazo, sin querer llevarme a vuestra casa, sin cerrar el bar. La vida fue un bar. Y lo que queda es poblao.



...cabrón