martes, 27 de octubre de 2009

No hay que preocuparse, sino ocuparse



Mi horóscopo, en perfecto valenciá, me ha recomendado que me mantenga activo en tiempos de paro y ruinas.
A lo mejor es cierto que un tonto que piensa mucho es sólo un tonto que piensa mucho.
Y si encima ha visto muchas películas que no ha entendido, y ha leido demasiados libros que no ha vivido, el tonto se desmadra y agota al resto.
¡Pero Ála es grande, existe el facebook! Y aunque este tonto tenga las habilidades sociales de Saddam Hussein, a veces le sale bien.

Recordando a ese Henry Stanley que tuvo que buscar por África al Doctor Livingstone, quién no había perdido la exquisita educación victoriana aunque se limpiara el culo con hoja de palma; lo cierto, lo que sobresale entre el pensar y el hacer, entre el preocuparse y el ocuparse, es el coñazo de la felicidad.
La misma que se descojona en medio de las pistas, sobre las almohadas, y en más caras de las que pensaba; sabiéndose dulce trofeo en una competición sin podio.

Por lo que respecta a este imbécil, se acabaron todos los pre y todos los post...¡bienvenido al mundo de en medio!


1 comentario:

  1. La vi pasar caminando muy rápido por delante de uno de los frontones neoclásicos del Palais de Chaillot donde hay inscritas, en letras doradas, unas solemnes frases de Paul Valéry escritas especialmente para ese lugar y que de pronto, ante el paso veloz de ella, parecían estar encontrando su verdadera significación:
    "Depende de quién pase para que sea yo tumba o tesoro". ENRIQUE VILA-MATAS (Luis)

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