lunes, 10 de mayo de 2010

El viejo continente






No os equivoquéis conmigo, yo soy vienés y lo seré toda mi vida.

Cojearé,
posaré ante el espejo,
y me mojaré bajo la lluvia como un vienés.

Porque no se envejece en ningún sitio de mejor manera.
Con el psicoanálisis como patrimonio
y la humildad como pecado;
en Viena quedan posos del sexo loco de los ´20 berlineses
y nadie te pone los cuernos en la ópera.

Frente a los burkas que esconden mujeres
yo reverencio el desnudo público de mi mujer.

Acoso a los ancianos, azuzándolos con la caballería;
porque sí
y porque ya es hora.

Y cuando concluya este valls electrónico,
colonizaré el Trópico con una fusta y buenas intenciones.

Porque soy un vienes
encerrado
en el cuerpo de un idiota
que responde con labores de contención.

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