lunes, 12 de octubre de 2009

Acertar y fallar



El primer polvo frente al último. Percibir que es el mismo con un tiempo de refracción en medio al que llamamos vida. Por confrontación de términos, deberíamos considerar que follar es morir; no lo digo yo sólo, ójala; Bataille vivió del cuento con aportaciones como esta. O con crear una academia de sociología y espiritualidad en plena II Guerra Mundial, mientras los listillos como Camus y Sartre hablaban de la nada y el todo; es decir de nada.

Leni Riefenstahl se fue a África buscando la raza perfecta para follar. Iggy Pop tiraba a las menores de edad por las escaleras después de hacerlo. Dicen que el rock sale de la entrepierna; como el nazismo. De ahí, a lo mejor, las esvásticas en el rock.

Si hay algo más apasionante que sentirse un animal es sentirse humano. No hay animales idealistas, seductores, culpables. Sólo hay animales devorando, jodiendo y muriendo.
No es que haya que elegir, no hay premio para quien haya contestado antes, no suele ser así de fácil: eso sería acertar y fallar.
Décadas de energía y experiencia. Preferimos la curiosidad a la satisfacción, el no volver a casa a la paja, el mirar a la amiga al amor eterno.
Pero tenemos el alcohol, el protocolo, los anticonceptivos, las guarderías, la farlopa, el mdma, el móvil, las manis, lxs camarerxs, el ejemplo de generaciones anteriores, el porno, la moda, la documentación falsa y el dinero en efectivo.
No está mal para una época de capa caída del rock.


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