miércoles, 19 de agosto de 2009

Hijos de un dios menor

Me gustan los perros y los monos, pero no me gustan nada los pandas porque pienso que son gente enana disfrazada. Y así, con un argumento que haría que Sócrates no se interesara por mi trasero intelectualmente, ignoro a toda una familia de los ursidae -porque el resto: polares, grizzlis, andinos...si me parecen animales de pelo en pecho, de los que se rascan en árboles o pescan atunes; pero es que el panda es absurdo. Y es el símbolo de China, tú.

Pues exactamente de la misma manera he ido perfilando mis gustos estéticos o mis antipatías políticas por el ancho mundo que no conozco. Seré breve en lo esencial, lo juro:

Me cae muy gorda la gente que se considera política por encima de todas las cosas, porque luego son los primeros que tratan como una mierda a las mujeres -o a los hombres, según les dé.

La izquierda oficial es analfabeta y putrefacta, y la derecha es genocidio y brownies del VIP´S.
Luego está la mitad de la población okupa con dos ovarios que suda de la gente como yo, y los okupas de hipoteca mental que cuando quieran echamos un duelo a tirarnos macetas al pasar.

Los nazis. ¿Qué coño queréis? ¿Os imagináis que por cada tonto del culo que ha gobernado un país surgiese una secta de paletos que esperase un segundo advenimiento?
Imaginad por un momento, rapaditos, que os dejáis un bonito mullet a lo McGyver y os dedicáis al bricolage en un entorno pastoril con simpáticos vecinos negros, ¿de verdad eso os encabrona? Si es así, sabed una cosilla: vuestra vida es el mayor ñordo posible que el ser humano se ha propuesto defender.

Puede que todo esto suene a gratuito, claro que lo es. Y es fácil dejarse llevar por el calentón, pero estás pequeñas convicciones que tenemos cada uno hay que sacarlas a menudo para estar preparado...mi entrenamiento llega hasta tal punto que si me giro y tengo un panda detrás, le hundiré la nariz en el cerebro antes de que pueda decir "Sacaflush"



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