viernes, 7 de enero de 2011

El tiempo es más que suficiente

Los gorilas han iniciado la batida.
Pisan higos, caídos de maduros, sin tan siquiera notarlo.
Todos orgullosos del que llevan delante; uno
cierra la peluda infantería.

El enemigo aulla nervioso en la espesura de las espigadas cumbres arbóreas.
Se aproxima la Historia, pero él se va quedando atrás. En el ciclo asesino de los congéneres siempre se ha quedado atrás;
hermanado con los que lleva delante.
Y termina sentándose en posición de loto,
con la mirada del gorila: la que es esquiva porque le duele pensar.

Cuatro primates enemigos se abalanzan sobre él,
permitiéndole formar parte de la ley de adaptación natural;
justo cuando iba a mirar su reflejo en un escaparate
y descubrir
que no era nadie conocido.



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