miércoles, 3 de febrero de 2010

Narraciones extraordinarias


Alguien se ha dejado olvidada, dos veces consecutivas, la foto de su sobrina recien nacida en mi mesa,
y resulta algo tan incisivo que tengo que apartar la mirada, porque no sé que pinta ahí, ni sé que decirle...
Y miro su desdentada boca roja como un pescado crudo por dentro y me alegro por lo bien que se lo va a pasar;
luego veo la sábana azul "cielo de mentira" que la arropa, a juego con las paredes "blanco cristiano y orgulloso"... y me doy cuenta de que todos los padres y madres se parecen;
todos cumplen una función por encima de aceptar una responsabilidad; y me gustaría abofetearles a todos hasta cansarme,
por no enseñar una puta cosa útil en tantos años de protectorado.

Y luego miro al gato y veo que le han caido los cojones,
vamos que se le han descolgado,
o salido, no sé;
y me percato de que
igual por eso anda últimamente tan bastardo y tan de extrema derecha.
De hecho, se me queda mirando un rato,
se acerca ronroneando y ya, cara a cara, me escupe mientras me sujeta la barbilla con las uñas.
No es por desprecio porque lo hace, sino porque busca gatas y en casa no las hay,
claro, y porque tiene huevos para perder los porros debajo del sofa,
pero no para bajar a la calle desde un primero.
Razas de laboratorio de serie B.

Y harto de tanta idiosincrasia idéntica en lo circundante me bajo al bar,
al del Marca, el As, El País y un café por un euro diez;
y al momento se apagan todas las luces del local, la música, las máquinas tragaperras que a estas horas ya echan humo y hasta la cafetera se detiene.
Y, tonto de mí, imagino que es una fiesta sorpresa y que una chica guapísima va a sacar una tarta con bengalas y demás; y se me escapa un sollozo de emoción.
...
Hoy el mundo no se esperaba que me levantara gilipollas.

2 comentarios:

  1. Esta narración extraordinaria la quisiera para sí mismo Edgar Alan Poe.

    P.D: Me encanta la foto del "ornitolaringólogo".

    ResponderEliminar
  2. Es una deconstrucción de The Raven pero con un gato en vez de un cuervo; y el reloj sería la niña de la foto y...no cuela, ¿no?
    Lo de narraciones extraordinarias, me suena a "muy ordinarias", que es lo que abunda por aquí.
    P.D: Te regalaré un ornitorrinco cuando menos te lo esperes...todo el mundo debería tener uno

    ResponderEliminar