martes, 11 de agosto de 2009

El mundo real ya no puede determe

Me está subiendo por las pantorrillas un sentimiento estético prosaico y parece que se va a instalar un tiempo en la exitosa zona de la merienda...una niñita bien (porque tendrá veinti tantos, pero es una niña para gozo de todos los "malcovich" de mi cabeza) que me ríe las gracias y las desgracias, y que si la rompo voy a estar llorando mirando los cachitos.

"Nada de vitrinas, esta vez" Jack the reaper

Será una pija o no, eso da igual porque sólo me sobran sus dos perlas y juro por Mitchum que me las trágare sin explicaciones con el café la próxima vez que la vea...¡Qué alguien, ahi fuera, me eche una mano porque yo sólo quería yacer entre punkis -mujeres, a ser posible-!

Como siga con esta sensación nihilista y adorable acabaré acompañando a mi madre a la exposición del puto-coñazo-de-Sorolla...y eso será el punto de no retorno que, como nueva crisálida asexuada, hará que toda la tribu me llame "caballo".





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